Servidor cree que si dejamos de ver estos símbolos (estatuas, monumentos, nombres de calles y plazas…), más riesgo corremos de olvidar la propia historia. Me parece que es más ejemplarizante enseñar in situ lo hortera que eran haciendo estatuas que eliminarlas. Perder la imagen física en las calles supondría en parte perder de vista lo que significó ese régimen… aunque algunos, como Jaime Mayor Oreja, el que fuera ministro del interior en la aznarquía, diga que “…muchos vivieron muy apaciblemente bajo el franquismo”… serían los de su estirpe, claro.
No podemos perder este ejemplo de infamia
No se han destruido símbolos similares —salvando alguna diferencia de grado— como Mathausen, Auschwitz o Dachau porque, efectivamente, para recordar el holocausto del pueblo judío es mejor mantener una visión física del horror, y hacer de ella una lectura didáctica. Pues algo así podríamos hacer con los simbolitos franquistas… estoy de acuerdo con Yolanda Bel (consejera de Medio Ambiente y portavoz del Gobierno de Ceuta) respecto a dejar en pie símbolos franquistas… la historia es (debería ser) inamovible; y la historia de la ciudad de Ceuta, queramos o no, nos guste o no, estuvo impregnada del franquismo inicial.
Pero, eso sí, con la condición de añadir junto a cada uno de los monumentos la explicación pertinente que ilustre las andanzas del fulanito de turno… y junto a una estatua ecuestre, por ejemplo, de Millán Astray, fundador de la legión y entusiasta guerrero contra la legalidad de la II República, explicar la mediocridad y la oligofrenia del personajillo que inventó el grito de¡Viva la muerte!
(Sería la tuya, figura, sería la tuya)