La secta que lidera se llama Creciendo en Gracia (CEG) y sus seguidores le adoran y le regalan millones de dólares (AQUÍ el video en YouTube) Con ese dinero vive estupendamente. Tiene su propia cadena de televisión vía satélite para difundir sus prédicas y, por supuesto, una web que podéis visitar AQUÍ.
Desde el punto de vista de este homo sapiens venido a menos (y supongo que coincidiré con algunos), el individuo es un farsante con una cara dura impresionante porque se aprovecha de la buena fe de muchos. He visto en televisión a sus fieles y el espectáculo es lamentable: le siguen con una fe ciega e inquebrantable.
…la misma fe ciega e inquebrantable con que algunos chiies siguen a sus líderes espirituales, y se autoflagelan y lesionan.
…la misma fe ciega e inquebrantable con que algunos judíos siguen sus reglas inmutables.
…la misma fe ciega e inquebrantable que los sacerdotes mayas usaban para extraer corazones.
…la misma fe ciega e inquebrantable con que algunos católicos siguen al Papa y a sus obispos.
…la misma fe ciega e inquebrantable que algunos nazarenos demuestran en la Semana Santa…
…pues eso, que las creencias en lo indemostrable son detestables cuando salen de los privado y se pretende generalizar. Cada uno debe creer en lo que necesite… pero que no moleste al prójimo con sus neuras.
Los parámetros ideológicos que separan una secta destructiva y una gran religión tradicional sólo son una cuestión de grado. Ambas pueden llegar a ser adocenantes y castradoras… al fin y al cabo tan ridículo es creer que este sujeto sea el Cristo vivo o el Anticristo, como que la madre de Jesucristo sea virgen. No, no hay gran diferencia ideológica. La realidad es que una religión tradicional sólo es una secta que ha conquistado una mayoría de seguidores…
…no deberíamos olvidar –aunque a veces sea difícil- que somos seres racionales. Por eso me cuesta entender que personas racionales y sensatas la mayor parte de su vida, renuncien a la sensatez y al raciocinio cuando participan en los ritos de su religión tradicional… las mismas personas que pueden abominar de las sectas que llamamos destructivas.