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Molino Grande, de Chaves, de Recaño, de Dañino, de San José…

Es el viejo molino de mi amigo Mariano Lobo.

Ficha descriptiva en PGOU de San Fernando
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Buena cosa sería leer el extraordinario libro de don Julio Molina Font «MOLINOS DE MAREA DE LA BAHÍA DE CÁDIZ (Siglos XVI – XIX)»

«Se ignora la fecha de su construcción, aunque podemos decir que a finales del siglo XVI perteneció al capitán don Bartolomé de Villavicencia, regidor que fue de la ciudad de Cádiz y de su esposa doña Beatríz Estupiñan». En Molinos de Marea de la Bahía de Cádiz…


Julio Molina Font nos va informando de los sucesivos propietarios del Molino. Permaneció en la familia Villavicencio / Estupiñán hasta 1673. Ese año pasó a manos de don Bernardo Recaño. En 1772 pasa a ser propiedad de don José Dañino. Y en 1803 pasa a los hermanos Nueve Iglesias. Finalmente, en 1871 ya es propiedad de los herederos de don Francisco Lobo… Hoy día mi amigo Mariano Lobo sufre cada vez que comprueba que cae una piedra del viejo molino…


El viejo molino de mareas de mi amigo Mariano Lobo tiene preciosos tajamares escalonados y cárcavos labrados en roca ostionera…
«…posee un amplísimo embarcadero realizado en cantería de piedra ostionera en todo su conjunto, que serviría para la descarga de grano y carga de harina en los candrays…» / «Molinos de Marea de la Bahía de Cádiz (Siglos XVI – XIX)». Julio Molina Font. Pág.122

«Contaba con 8 asientos o pares de piedras molturadoras, provisto de los correspondientes caños, esteros y caldera que recibían las aguas destinadas para las moliendas. Contaba también con almacenes, hornos para cocer pan, varias habitaciones, capilla con privilegio de oratorio público y otras oficinas necesarias al tráfico de las moliendas, además le pertenecía porción de terreno inculto contiguo a sus caños, y un pozo abierto con la correspondiente licencia, en las inmediaciones del Arenal de a Torre Alta, con el objeto de surtir con sus aguas a dicho molino.»

«Molinos de Marea de la Bahía de Cádiz (Siglos XVI – XIX)». Julio Molina Font. Pág.123

«Muchos de los embarques de bizcocho (naútico) se hacían desde el Puerto de Santa María, pero también se fabricaba la mezcla de harinas en la Isla de León, en concreto en el molino de Felipe Ricaño. El 26 de marzo de 1717, Juan de Olivera recibió de Alonso Muñoz Bueno “331 quintales de bizcocho en tortas para la Infantería que se va a embarcar en los navíos que van a cuenta de don Andrés Martínez de Murguía, caballero de la Orden de Santiago, de registro a Buenos Aires… recibido y bien acondicionado de orden de don Francisco de Varas y Valdés (Intendente de la Armada)”. El recibo está firmado en el Molino de don Felipe Ricaño, la Isla de León…»

«La Heredad de Fadrique«, Miguel Ángel López Moreno, pág. 80
Nos cuenta Julio Molina Font que la familia Villavicencio vendió el molino en 1673
a don Bernardo Recaño de la Torre. Y relata por qué fue una auténtica ganga…

«…por un precio de 40.000 reales de vellón, precio inferior al que se valoró… al encontrarse en muy mal estado la casa en que estaba formado el molino y necesitar su reedificación, como realizar la limpieza de os caños y esteros al estar colmatados de cieno y lodos, así como otros deterioros que habían disminuido la utilidad que debía rendir»



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