Inicio > Personal > Libros > La Heredad de Fadrique > El traslado de munición…

Traslado de Polvorines de Punta Cantera – Fadricas hasta el nuevo emplazamiento en Rota

«…el 6 de octubre de 1999, empezamos a llevar la munición a Rota…»

El traslado se realizó por mar, bajo estrictas precauciones de seguridad.
Se emplearon lanchas anfibias del Grupo Naval de Playa, similares a las utilizadas en el desembarco de Normandía en la segunda guerra mundial, con base en la estación naval de Puntales.
Las embarcaciones transportaban en cada viaje seis camiones, también anfibios, de las unidades de nuestra infantería de marina. Los camiones se cargaban en Fadricas, se trasladaban al embarcadero de la Cicla en las proximidades de la Carraca, y embarcaban en las lanchas, que los estaban esperando con la porta de su proa arriada.
Se efectuaba entonces la travesía hasta la base naval de Rota con la escolta de un remolcador del tren naval del arsenal de la Carraca. Unas tres horas duraba la navegación que terminaba en la playa de levante de la base de Rota. Por fin, los camiones desembarcaban y se dirigían a los nuevos polvorines.

Aquel 22 de agosto de 2001, con un sol de justicia, más sofocante si cabe por el levante en calma, me despedí del vigilante jurado que la Armada había contratado para controlar el recinto, ya vacío, de Fadricas. Cuando aquel muchacho cerró la verja de la entrada principal, me di la vuelta y supe que debía atesorar ese momento. Empecé a acordarme de todos los miembros de la última dotación de los polvorines y, con la emoción en forma de cote atragantándome la garganta, le recé a nuestra patrona, la Virgen del Carmen, agradeciéndole que hubiese velado por nosotros durante los tres últimos años, para que en ese momento pudiésemos decir, con la satisfacción del deber cumplido, que el traslado lo habíamos realizado «sin novedad». Que no es poco. Gracias Señora.

Agustín E. González Morales, último comandante de los Polvorines de Fadricas

< Volver a La Heredad de Fadrique >