Inicio > Personal > Libros > La Heredad de Fadrique > Reseña en LLuLL

Reseña para LLuLL

Revista de la Sociedad Española de la Historia de la Ciencias y las Técnicas / Llull, vol 26 / nº 57

Por Enrique Wulff Barreiro

LA HEREDAD DE FADRIQUE (Sobre lo acontecido en el sitio que nombran de las fadricas, Isla de León) / Miguel Ángel López Moreno / Gerencia Municipal de Urbanismo, Ayuntamiento de San Fernando, 2003, 313 pp. ISBN: 84-606-3273-3

La Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de San Fernando ha dado, con éste libro, acceso libre a un nuevo dominio público tras el cese de la actividad militar en el enclave de Punta Cantera, que la Armada desafectó en el 2001. Esta gestión requiere de la “descripción de unas organizaciones complejas por medio de la observación de los auténticos canales de información, autoridad y toma de decisiones y, al mismo tiempo, de la organización, transmisión y recuperación de la información” [Simon, H.A. (1979) Il comportamento administrativo. Bologna]. Signada por la confidencialidad, la primera historia de éstas instalaciones la firma el químico responsable de los Talleres de Munición, de la última dotación de Fadricas, quien no puede menos que invocar el primer aforismo de Hipócrates “El arte es largo, la vida breve, la ocasión fugitiva, la experiencia engañosa, el juicio difícil” en su trabajo de extracción, para la ciencia, de datos e información a la luz pública.

La historia de los polvorines de Fadricas empieza el 2 de enero de 1731, año y medio después de que el Duque de Arcos se viera privado de su jurisdicción sobre la Isla de León. El primer plano de la Isla es de 1685, y ya distingue las facilidades que para cargar agua existen en su costa Oeste. Procedente de Lille, se instala en 1614, Carlos Lila en Sanlucar, y de Dunkerque, a mediados del setecientos, Pedro Colarte en Cádiz (p.53). Sus negocios dán lugar a los almacenes y bodegas que, arrendados a la intendencia de la Armada, se utilizarán mientras no se desarrolla el Arsenal de La Carraca.

Un molino mareal (posiblemente desde el siglo XVI), un acueducto (de más de 180 m., con registros fotográficos de 1910 (p.46), y cuya noria existe todavía (p.47)) y un embarcadero (que sirve al autor para introducir la tipología de lonas y jarcias, referenciando un interesante trabajo académico http://usuarios.lycos.es/meollar/index2.htm, (p.88) ) son las primeras intervenciones tecnológicas, muestras de la actividad de aprovisionamiento de las flotas.

El lugar de la Cantera de la Isla de León (un recinto amurallado entre 1777 y 1789, dotado de un espigón, de machihembrados sillares labrados en piedra ostionera, de unos 175 m) vé la entrega en enero de 1730, tras la visita a la Bahía de Felipe V un año antes, de los tres almacenes de municiones (barriles de pólvora negra de 46 kg) a cargo de los ingenieros Ignacio Sala y Próspero Verboom, liberada de su peligroso manejo la ciudad de Cádiz, consiguiendo una obra muy resistente que ha permanecido sin grietas durante casi 300 años. Y la Casa Blanca (una casa para fabricar jabón en 1696, que es blanca desde 1702), propiedad de los herederos del marques de Pedroso, asistirá al despliegue de una importante fábrica textil (que en su día contó con 600 empleados, v. Torrejón Chavez, J. (1991) “Fábricas textiles en la Isla de León, a fines del setecientos”. Trocadero, 3, 69-76. http://biblioteca.uca.es/ucadoc/revuca.asp?rev=02144212), un factor en el desarrollo económico del Cabildo Municipal, Autónomo desde 1766, que supondrá el 5.7% del volúmen total de la exportación de lienzos pintados a América, ejemplar del desarrollo del Reglamento de Libre Comercio de 1778.

El incendio del Archivo General del Departamento, en 1976, y la demolición del Hospital de San Carlos, en 1981, hacen de la investigación acerca de las tareas sanitarias del tercer edificio (la Casería del Infante) la ocasión para que el autor demuestre su manejo de las fuentes (inteligencia que pone en juego para fijar la cronología en base a mapas y planos todo a lo largo del texto). Si hay tres hospitales en la Isla de León en el s. XVIII uno estará emplazado en Fadricas (los dos otros serán el de Las Anclas y el de San Carlos), el Hospital Provisional y Real de Infante, a causa de la aguada de extraordinaria calidad y de su pequeño muelle al que llegan embarcados los enfermos procedentes de los buques. Funciona desde septiembre de 1728 hasta, al menos, 1825. Pensado para 800 enfermos, con tres pisos y once habitaciones, el libro ofrece reproducciones de los distintos proyectos y fotografías de los últimos restos (2001) del muelle y de las instalaciones. (v. Cirici Narváez, Juan Ramón. (1996) “Un proyecto de ciudad hospitalaria en el Cádiz de la ilustración. El lazareto de la bahía.” Cuadernos de Ilustración y Romanticismo, 3, 57-73. http://biblioteca.uca.es/ucadoc/revuca.asp?rev=11328304)

La historia de la normalización de los procesos tecnológicos de confección de cartuchería y de la Armada en el recinto, hasta el 2001, cimentan el interés prospectivo de éste estudio para el patrimonio arqueológico industrial de San Fernando. Los Archivos de Indias y de Simancas, Histórico de Cádiz, y Municipales de Cádiz y San Fernando así como también el Archivo del Servicio de Municionamiento y Polvorines de Fadricas tienen ahora una dirección extra en que ser explorados.


< Volver a La Heredad de Fadrique >