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Don Cecilio y el ninot
Un relato de JOSE CARLOS NAVAS, ocurrido durante el viaje de PREU en marzo de 1969.
Cuenta el NAVAS que en Valencia, estaba jugando a las maquinas petaco en un salón recreativo que había junto al hotel, con ANTONIO GUERRERO (que vivía en un viejo chalet en Benítez y su padre era veterinario municipal). Y se les acercó un chaval lugareño ofreciéndoles unas entradas…
“En principio nos negamos a escucharle pensando que nos quería vender algo o que nos la quería dar con queso. El tipo insiste en que no se trata de vendernos nada, que nos las regala pues se trata de unas invitaciones para el Parador EL NINOT…”
Y les explica que allí se celebra una fiesta para nombrar a la FALLERA MAYOR, que asisten autoridades, falleras y la crema y nata de Valencia. El único problema para NAVAS y compañía eran la chaqueta y corbata indispensables. El caso es que aceptan las invitaciones, confirman en el hostal cutre que, efectivamente, esa fiesta era de lo mejor; se visten con sus mejores galas y se marchan más contentos que unas pascuas…
“Cuando llegamos quedamos deslumbrados. Se trataba de una enorme carpa muy lujosa e iluminada, con porteros de abrigo rojo, botones dorados y gorra de plato. Presentamos nuestras invitaciones medio moscas hasta que escuchamos que nos dicen «pasen». Una vez dentro, aquello era un salón inmenso, con enormes lámparas de araña colgadas del techo, cortinajes de terciopelo, un gran escenario y como nos habían dicho una gran fiesta de gala con todas las falleras…”
Poco a poco se meten en ambiente; comen para compensar lo del puré de macarrones; beben y cómo no, ligan: “Estuvimos bailando con unas chicas vestidas de fallera que representaban a no sé qué asociación… lo estábamos pasando fenomenal, aunque entre las chicas y nosotros había un metro de enaguas y telas almidonadas”.
El NAVAS dice que sentía cierto “acojone” porque estaban escapados del hotel (algo tenían que haber logrado los agustinos)… habían avisado solamente a ANGEL DÍEZ, pero eso no era suficiente para tranquilizar su conciencia… “así que a las dos de la madrugada, a pesar de la insistencia en que nos quedáramos por parte de la pandilla con la que habíamos congeniado, decidimos volvernos”.
Llegaron al hotel como a las tres de la madrugada (que para la época que corría era una hora enorme). “Subíamos las escaleras con mucho cuidado para no hacer ruido y cuando llegamos al primer descansillo ¡Horror! Nos encontró el CECI”
Don CECILIO estaba cabreadísimo. Les preguntó de donde venían. Y como eran chavales de los agustinos, pues le contestaron la verdad: que venían de la fiesta de las falleras… Y entonces Don CECILIO se cabreó aún más y les dijo: “¡COÑO! Eso se avisa. Me habría ido con vosotros!”
Porque, por lo visto, don CECILIO era valenciano y apreciaba muchísimo las cosas de su tierra, y apreciaba a la gente que apreciaba estas cosas, como estos dos sinvergüenzas que, en realidad lo que apreciaban era ligar con las falleras.
Nota del NAVAS: “Aseguraría que fue Don CECILIO pero la memoria a veces falla, lo que sé es que era oriundo de la tierra valenciana y de ahí su respuesta. Por cierto ni castigo ni nada, nos mandó para la cama que al día siguiente había que madrugar”
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