…pero estoy lejos.
Los compañeros de trabajo son buena gente, tanto en lo profesional como en lo personal. Los anfitriones nos han acogido de mil amores. Anoche nos llevaron a comer un kebab de pollo, semipicante. Y todos se esfuerzan en parecer amistosos…
…pero estoy lejos.
He apagado la tele… ¿dónde queda lo acogedor de una habitación de hotel sin la tele? Nos acompaña y suple las ausencias. Aunque sean voces insulsas nos llena el vacío. La he apagado y el silencio se ha hecho atronador. Literalmente me zumban los oídos… ¿dónde coño queda el rumor del tráfico en esta ciudad? Nada me altera y podría escribir a placer…
…pero estoy lejos.
Dice mi compi de la vida que mi perro está triste, y que parece un alma en pena. Que se sienta en el segundo escalón de la escalera y espera con los ojos más melancólicos que de costumbre. Eso es que me echa de menos…
…porque estoy lejos.
El que no tiene perro no sabe lo que se pierde. Y tampoco lo comprende. A mi perro sólo le falta hablar… y pienso que tampoco lo necesita para decirme las cosas porque me las demuestra de mejores maneras. Las palabras pueden mentir, pero su mirada y su devoción jamás. Jugaría con él y le haría rabiar gruñendo para sacarle de la melancolía…
…pero estoy lejos.