Cuestiones balísticas: Me gustan los andares de las mamuts

No recuerdo en qué momento ELLA dejó de ser solamente mi pareja sexual para convertirse, además, en mi compi de la vida. Ver a mi hijo recorrer los mismos caminos existenciales me hace pensar en estas cosas. Seguramente no es algo que ocurra de la noche a la mañana; debe ser un proceso largo, resuelto a golpe de días y cariño… hasta que un día lo “descubres”. Esta tarde se lo pregunté abiertamente… pero, claro, plantear a tucompi esta cuestión, en la tarde del 5 de Enero, vísperas de Reyes y en mitad de Media Markt, tal vez no fuese buena idea…


– Vamos a ver, niña -dije mirando un panel repleto de televisores de plasma-: Tú y yo ¿cuándo dejamos de ser compañeros sexuales y fuimos, además, compis? ¡No sé si me explico!

La pobre mía puso los ojos en blanco y cara de infinita jartura. Aproveché para continuar:

– ¿Cómo y cuando ocurrió eso…? Porque tú sabes que no ocurrió cuando nos casamos, ni cuando tuvimos a los niños. Es algo más… ¡y lo sabes!

Quinientos televisores de plasma emitían la misma imagen. Una pareja de mamuts se miraban con ojos amorosos y tristes… pero las quinientas mamuts acabaron alejándose de sus quinientos amados con andares lentos y cadenciosos. Parecía que la peli acabaría y los enamorados no encontraran la forma de seguir juntos…

…entonces ella se acercó y puso sus brazos en mi cintura. Y así estuvimos un buen rato, parados como pasmarotes en mitad de un pasillo de Media Markt hasta que terminó la peli.


– Me gustan los andares de las mamuts – dijo entonces.

Me había entendido perfectamente… por eso es mi compi de la vida.




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