– Vamos a ver, niña -dije mirando un panel repleto de televisores de plasma-: Tú y yo ¿cuándo dejamos de ser compañeros sexuales y fuimos, además, compis? ¡No sé si me explico!
La pobre mía puso los ojos en blanco y cara de infinita jartura. Aproveché para continuar:
– ¿Cómo y cuando ocurrió eso…? Porque tú sabes que no ocurrió cuando nos casamos, ni cuando tuvimos a los niños. Es algo más… ¡y lo sabes!
Quinientos televisores de plasma emitían la misma imagen. Una pareja de mamuts se miraban con ojos amorosos y tristes… pero las quinientas mamuts acabaron alejándose de sus quinientos amados con andares lentos y cadenciosos. Parecía que la peli acabaría y los enamorados no encontraran la forma de seguir juntos…
…entonces ella se acercó y puso sus brazos en mi cintura. Y así estuvimos un buen rato, parados como pasmarotes en mitad de un pasillo de Media Markt hasta que terminó la peli.