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Cola del Puente / Caballero Zuazo


Situación de Caballero Zuazo: Primer bastión en suelo isleño. La gola o cabeza de puente del lado de la Isla de León contaba con otro reducto que se expresa así: «Cubre su cabeza con batería alta y baja para batir las inmediaciones que están completamente descubiertas por la distancia regular que hay hasta las primeras casas del pueblo». (…) Según plano de Gaver, en el que hay, por decirlo así, dos reductos: “El de la batería baja con 16 cañoneras que miran sensiblemente a la Isla”, sin duda, por la distancia al pueblo; “…y el de la batería alta con más de 10 cañoneras, que enfilan, el mar, el río y también la entrada desde la Isla”. La existencia de este reducto alto, partido para dejar pasar el camino real de Cádiz a Madrid, se denota por los «dos Cuerpos de Guardia» independientes, bajo y alto, y por la escalera que desde el puente sube a la batería alta. Todo el sistema «…contaba con rastrillo exterior e interior, y estaba rodeado con un foso de aguas que por uno y otro lado comunicaba con el repetido caño de Sancti Petri». Fue conocido por el nombre de batería de «Suazo o del Caballero Suazo». Fuente

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Caballero Suazo / También figura Zuazo en los documentos. Batería estable construida en la cola del puente de dicho título sobre un terraplén que lo dominaba; en 1810 era una obra elevada, sus tres lados contaban con parapetos de mampostería y 5 cañones de a 12 libras para su defensa, que podían disparar simultáneamente que los de la cabeza del puente / Fuente: DESTRUCCIÓN Y RECONSTRUCCIÓN DEL DISPOSITIVO DEFENSIVO EN EL LITORAL ANDALUZ DURANTE LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XIX / Antonio Gil Albarracín.
«Se encuentra aneja a la orilla isleña del Puente Zuazo. Servía como puerta de entrada y salida de la Isla de León, ya que se debÍa cruzar si se queria abandonar la Villa. Su principal misión era la de defender el puente de ataques provenientes de embarcaciones que pudiesen surcar las aguas del vecino caño. Se artilló con cuatro cañones de diferente calibre. Su guarnición era de una veintena de hombres, mandados por un sargento.
Como bien se puede observar en fotografías de 1895, la destrucción de parte de este baluarte a mediados del siglo pasado supuso una verdadera pérdida para el patrimonio de nuestra ciudad. Se conserva aún la parte inmediatamente aneja al Caño de Santi Petri, aunque su estado de degradación aumenta a pasos agigantados como bien podemos ver en las fotografías actuales. Aunque al abandonar San Fernando nos pasa casi inadvertido, se observa fácilmente desde el puente de la autovía ya que nos permite tener una visión completa del conjunto» / Wikipedia